domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Es el precio a pagar?


El lìmite entre incentivar y mortificar esta separado por una delicada y delgada membrana, realidad frecuentemente relegada por los servicios al clientes de establecimientos comerciales, una mirada fuera de lugar, una palabra desentonada, una distracción puede ser medida como un mal servicio, como dice el dicho popular “el cliente siempre tiene la razón”,  ¿sera verdad?
Por lo menos no en el mundo de la política  mientras más ignorante es la plebe más fuerte se cree el político,  sí porque, si el pueblo piensa mucho entiende la fregadura; no se trata de tener razón sino de creer que así, es.
En el mundo de la arquitectura es común encontrar clientes con pocas herramientas pero con buen gusto, que se dejan guiar de modo que el arquitecto pueda obtener grandes resultados, allí no tener la razón es casi obligatorio, como también con los curadores de imagen.
Pero lo que esta ocurriendo en una de las sucursales de Carrefour, es el colmo, como todos sabéis varias marcas internacionales usan la acumulación de puntos, para luego de algún modo compensar e incentivar al cliente, Carrefour, es una de ellas.
La marca Carrefour esta muy bien valorizada a nivel internacional,  no solo ofrece al publico una gran variedad de productos de las mejores marcas sino también las suyas a mòdicos precios.
En la sucursal ubicada en la via Ingnazio Persico esta ocurriendo algo un tanto extraño pareciera que la gran cantidad de clientes desestabiliza a algunas empleadas (2), al punto que la clientela inicia a sufrir las consecuencias.
En lo adelante les expondré algunos ejemplos: Una querida amiga acumulo unos 1,500 puntos con los que a finales de septiembre antes de la fecha limite de vencimiento de los puntos, prenoto dos lasagneras de distintos tamaños y una tortiera, por las que pagò 3 euros y 50 como diferencia, estas debían ser entregadas dos semanas más tarde, ya han pasado casi dos meses y si se atreve a preguntar por su pedido es un lío; mejor no os cuento, si  se pagan las compras con billetes de 50 euros, se ganan jalones de orejas.
Ja, y los bonos,  ese es el vórtice de tensiones, indecisiones y conflitos, en algunas ocasiones después de una buena compra se obtienen 2 euros de bonos para la próxima compra, dentro de una fecha especifica y si  os consumís 30 euros en un área especifica por ejemplo pescaderìa, el hecho es que nadie logra obtener estos benditos 2 euros.
Aquì tener o no tener razon importa poco, es la impotencia que les mata el dìa, sì porque, la sensaciòn de haber sido fregado dura bastante.
¿Quièn sabe hasta cuànto soportaràn estos y otros malestares? y todo por preferir comprar en la sucursal de via Ingnazio Persico.
Escrito por Rita Valenzuela
Roma, Italia.









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